Ir al contenido principal

El espíritu del bosque helado



La cría de lobo despertó de madrugada. El bosque estaba oscuro y frío. El invierno había descendido hacía una semana y la nieve caía lentamente, acurrucándose sobre las hojas, sobre la tierra, haciendo acto de presencia en toda su pureza, y en toda su crueldad.

La cría tenía frío. Sin saber muy bien dónde estaba, o cómo había llegado allí, miró a su alrededor. No vio nada ni a nadie, solamente la inmensidad del bosque y la nieve cayendo desde el cielo. Empezó a tiritar. Su hermoso pelaje blanco no impedía al frío penetrar en su interior.

El silencio lo cubría todo, como aliándose con el invierno, haciendo del bosque un lugar acogedor y aterrador al mismo tiempo. La cría movió sus pequeñas patitas, en un esfuerzo por moverse y no quedarse helada.

A los pocos pasos, se dio cuenta que su propio movimiento calentaba sus pequeñas patas y su pequeño hocico. Notó cómo el corazón se aceleraba, dando algo más de calor a su pequeño cuerpo. Comenzó a sentirse un poco mejor. Empezó a trotar y a correr rápidamente por el bosque. Todo era un manto de colores azules y blancos, pero no encontraba ningún rincón donde pasar la noche. De pronto, oyó que algo se movía. Se paró en seco e intentó descubrir qué era.

A su izquierda, detrás de un árbol, algo parecía moverse torpemente. Se acercó con cautela, lentamente, hasta observar que un extraño animal intentaba moverse, seguramente para buscar refugio igual que ella. Era el animal más extraño que jamás había visto.

La cría se acercó y preguntó:
- ¿Hola?

El animal se dio la vuelta lentamente, poniéndose sobre sus dos patas traseras. La cría se asustó un poco y retrocedió unos pasos. El animal era más o menos de su tamaño, pero en esa posición era el doble de alto que ella.

- ¿Tú quién eres? -preguntó el extraño animal.

- Soy una cría de lobo. ¿Y tú?

- Yo soy una niña. -replicó el animal.
- Nunca había visto a nadie como tú -dijo la cría.
- Yo nunca había visto a una cría de lobo. -la niña se acercó a la cría y tocó su pelaje. Al principio la cría se mostró dubitativa, pero finalmente se dejó acariciar por la niña.

Ésta acarició las orejas y el hocico de la cría, haciendo que la cría sintiera un ligero calor en las yemas de sus dedos. Un calor que le pareció tan acogedor que elevó la cabeza hacia la mano de la niña, rozándose como un gato ronroneando. La niña rió al notar cómo le empujaba la mano.

- ¿Dónde está tu madre? -dijo la niña.
- No lo sé. La verdad... es que no sé dónde estoy.
- Yo tampoco. Mi madre salió de casa para quitar la nieve de la entrada y me escapé sin que me viera. Oí ruidos que salían del bosque y vine aquí. Y luego me dormí y no me desperté hasta que no noté el frío.
- ¿No sabes cómo volver a casa? -preguntó la cría de lobo.
- No, me he perdido -confesó la niña -. Mi madre se va a enfadar conmigo...
- Seguramente esté preocupada, vamos a buscar tu casa -dijo la cría, empezando a trotar. -¡Vamos!

Juntas, atravesaron el bosque. Cuando la niña tenía tanto frío que no podía continuar, la cría de lobo se dejaba abrazar por ella hasta que, gracias a su calor, la niña recobraba el aliento.

Notaba que, poco a poco, el calor de su pequeño cuerpo se acababa. Procuraba correr de un lado a otro para volver a entrar en calor, pero sentía que las fuerzas se le escapaban a medida que pasaba el tiempo. Esperaba llegar cuanto antes a la casa de la niña.

Por fin, tras mucho caminar, y cuando ya no podían más, llegaron a un claro en el bosque, que resultó ser el final del mismo. Ante ellas apareció una pequeña casa cubierta por la nieve. Una chimenea humeante en el tejado y luz en las ventanas evidenciaban la presencia de gente en su interior.

- ¡Lo hemos conseguido! -gritó la niña, echando a correr. -¡Venga, dentro tendrás comida caliente y podrás dormir al lado del fuego!

Al poco, la niña notó que la cría de lobo no seguía sus pasos. Se dio la vuelta y vio a la cría echada en la nieve.

- ¿Qué te pasa? -dijo la niña, corriendo hacia la cría.
- Estoy demasiado cansada para continuar -dijo ésta, con voz débil. - Sólo un poco más, la casa está delante... -dijo la niña, intentando tirar de la cría con sus manos. Pero la cría no se movía.

- No te preocupes, ve a tu casa... estaré bien, ya no siento el frío... -dijo la cría, mientras dejaba caer su cabecita sobre sus patas.
- Vamos, sólo un poco más, ya casi...
- ¡¡Hija!!  Las palabras de la niña fueron interrumpidas por una voz adulta. La niña reconoció la voz de su madre y se giró, para ver cómo salía de su casa y, corriendo, se acercaba a ella. La abrazó con todas sus fuerzas:

- Mi niña... ¿dónde estabas? -dijo entre sollozos.- Pensé que entre el bosque... y el frío...

De pronto, la madre reparó en la cría. "¿Qué hace aquí esta cría de lobo", se preguntó. Tenía la cabeza entre las patas.

Sin soltar a su hija, alargó la mano para tocar su cabeza. Al sentir la caricia, la cría levantó a duras penas la cabeza y miró a los ojos a la madre.  "¿Cómo...? No es posible... sus ojos..."

- ¿Es la niña? -la voz de su marido sonó detrás de ella, quien también había salido de casa. La madre volvió la cabeza y gritó:

- ¡Es la niña! ¡Está bien! Pero tienes que venir a ver esto. -acto seguido, volvió la cabeza para mirar a la cría. Pero ésta ya no estaba. Miró hacia el bosque, pero no vio correr a la cría por ningún sitio.  "Pero, ¿qué...? ¿Se ha ido? No es posible."

El padre llegó corriendo y abrazó a las dos.

- Oh, dios mío... déjame que la vea... ¿estás bien, hija? -el padre cogió a la niña y empezó a besarla y abrazarla. Miró a la madre, que seguía absorta mirando la nieve:
- ¿Qué te pasa? -preguntó él.
- Aquí mismo, hace un momento... había una cría de lobo.
- ¿Cómo?
- Una cría, estaba aquí... -giró la cabeza y miró a su marido fijamente.
- Sus ojos... eran... eran exactamente iguales que la loba que encontramos hace una semana.
- ¿Te refieres a la loba que encontramos medio muerta? ¿La que después de comer en casa, se escapó?
- Sí... era igual, sólo que ésta era una cría aún.
- Últimamente están pasando cosas muy extrañas. Se supone que ya no quedan lobos en el bosque helado. Y una semana, vemos dos. ¿Crees que eran madre e hija?
- No, no -negó categóricamente la madre. -Es como si fueran la misma.El marido sonrió.

-¿Te acuerdas que critiqué que te acercaras a la loba aquel día? En el fondo, también pensé que estabas haciendo lo correcto.

La madre seguía intentando explicar cómo había tenido aquella sensación, y cómo era posible que la cría hubiera desaparecido.

- Creo que el espíritu del bosque nos ha devuelto el favor.

La madre, sorprendida, miró a su marido. Éste sostenía a la niña, quien temblaba de frío.

- ¿El espíritu del bosque... en un cuerpo de lobo?
- Eso dicen las leyendas que cuentan los ancianos.

La madre miró hacia el bosque helado. Ahora le parecía menos temible que cuando era pequeña y los ancianos le llenaban la cabeza de historias sobre el bosque.

- Bueno... ¿qué importa? -dijo al fin la madre. Es navidad, ¿no? Vamos dentro y cenemos. No hace tiempo para estar aquí fuera hablando de leyendas. Quizás cuando sea algo más mayor y sepa hablar, nos contará lo que ha pasado en el bosque.  Volvieron a casa.

Aupada en los brazos de su padre, la niña miró de nuevo al bosque. De nuevo, le pareció oír ruidos, pero esta vez le pareció distinguir el aullido de un lobo.

Comentarios

  1. Aaiiinssss ¡qué bonito! Hacía tanto tiempo que no te leía nada... Me encantan los cuentos ^^. Y éste de navidad te ha quedado muy chuli. Es muy dulce y muy tierno. Y muy visual... ¡y muy blanco! :D y... y... ¡que me ha gustado mucho, vaya!

    ¡Qué alegría que estés de vuelta! :D ¡Te echaba de menos!

    Besitos ^^

    ResponderEliminar
  2. Jo... muchas gracias!! :) La verdad es que ha quedado muy chulo. Y echaba de menos escribir... espero hacerlo ahora más regularmente :) Besos!

    ResponderEliminar
  3. Yo también lo espero ;)

    Que lo hagas más regularmente, digo. Vamos, a escribir me refiero jajajajaja xD



    Lo siento pero me lo has puesto a huevo para hacer el chiste fácil :P

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Anime: "Your lie in april"

Supe de esta serie de animación japonesa cuando leí sobre ella en la revista " Otaku Bunka " hace algunos meses. Una serie que, a priori, no entra dentro de mis gustos en cuanto a anime (yo soy más de " Ghost in the shell " y del Studio Ghibli ) pero el caso es que me llamó la atención por la calidad del dibujo y el punto de partida: un joven músico que ha dejado de tocar el piano debido a problemas familiares, encuentra la inspiración en una chica violinista por quien (como era de esperar) termina enamorándose. El caso es que un día empecé a verla y terminó enganchándome.

Impulsos

- Entonces, me lo dijo, sin más. Seguramente no quería hacerlo, pero lo hizo. Después de varios días de lluvia, el sol luce con fuerza. El parque está lleno de gente, que aprovecha el buen tiempo para salir de casa y tomar el aire. Madres con sus niños que juegan a la pelota, chicos con sus perros que corren como si les fuera la vida en ello... el parque está lleno de vida.

Cine: "Ant-man y la avispa"

Ayer tuve oportunidad, por fin, de ver esta segunda parte de " Ant-man ", el superhéroe de Marvel que es capaz de reducir (o aumentar) su tamaño gracias a un traje especial. Tenía muchas ganas de ver esta peli, porque la primera parte me gustó mucho, y... bueno, me gustó, aunque no tanto .